Deseo compartir con Ustedes este texto que forma parte del trabajo » Al grito de Santiago!» editado en forma de historieta, sobre idea de Horacio Vazquez Rivarola y dibujos de Chacho Rodriguez Muñoz y Armando Fernandez .
Estos sucesos de los que se cumplen 233 años tienen una apelación fuerte para la gran comunidad gallega integrada en la ciudad porteña. Al punto que Bunos Aires ha sido considerada por muchos como la quinta provincia gallega. Y no hay exageración alguna en ello y se lo comprende al saber que más de un millón y medio de inmigrantes de ese origen sin contar su descendencia , han vivido simultaneamente en suelo argentino.
Fue en 1787 cuando se reó en Buenos Aires el fermento inicial que, veinte años más tarde y cuando la hora de una prueba de fuego había llegado para la ciudad, dría vida a un bravo cuerpo armado para contribuir a su defensa. Esa institución madre era la » Congregación de Santiago el Mayor, de hijos y oriundos del Reyno de Galicia». Y su constitución een el año de referencia fue firmada por 158 miembros fundadores, entre los que se hallaban los principales vecinos y su número era más que considerable si se recuerda que la ciudad no alcanzaba entonces a los 40 mil habitantes.
Se reunían en la capilla de San Roque, junto al convento y la basílica de San Francisco, ubicada enlas actuales calles Alsina y Defensa. El culto al Santo Patrono y a las tradiciones gallegas eran su principal actividad, pero no escapaba al interés de los cofrades ningún asunto que fuera del intérés de la comunidad.
Y así fue que para 1806 , luego de acaecida la Reconquista de la ciudad, tras la primera invasión inglesa, los ciudadanos porteños sin distinción de clases ni orígenes recibieron la primera convocatoria del virrey Santiago de Liniers para constituirse en cuerpos armados para la eventualidad de otro ataque extranjero a la colonia del Río de la Plata. Larga y llena de heroísmo ha sido la historia de esas unidades voluntarias constituidas por españoles y criollos para la defensa de su querida ciudad, alguna de las cuales – como el glorioso Regimiento de Patricios – sobrevivieron a esa coyuntura histórica y pasaron a constituír el germen inicial del ejército que pelearía en las cmpañas por la Independencia Argentina y de las otras naciones sudamericanas.
Pero es de este Tercio de Galicia que trata esta historia y basta decir que fue de aquellos fieles de Santiago Apóstol , integrantes de esa cofradia que mencionamos antes, que salieron los primeros voluntarios y fue su núcleo inicial la dotación de la Escuela Nacional de Naútica que dirigía otro gallego ilustre, el ingeniero Pedro Cerviño.
Así el 17 de setiembre de 1806 cobraba vida este cuerpo miliciano que estaba llamado a derramar su sangre y a cubrirse de gloria al año siguiente en los combates de la heroica Defensa de Buenos Aires. Con su bandera propia como corresponde , que eran dos paños de seda blanca cosidos entre sí , con el escudo de Galicia en un cara y en la otra la cruz roja distintiva del Apóstol y que aún hoy identifica a los gallegos de todo el mundo.
El reglamento aprobado cuando se constituyó la unidad indicaba claramente que sus jefes serían elegidos democráticamente por la totalidad de los integrantes, lo cual habla de suyo de la popularidad y respeto de Pedro Cerviño, quien de la Escuela Nacional de Nútica pasó a comandarlo y de Jacobo Varela, el célebre capitán de la Compañía de ése regimiento»