Carlos Spadavecchia
Lugar: Casa de Lalo Bucich
Encontrarse despues de muchos meses con el vertigo de Buenos Aires es algo muy fuerte, nuestra ciudad es unica, hace una semana exactamente estaba en Nueva York que es lo mas parecido y el tumulto, el vertigo y la gente mas alla de nacionalidades, idioma, raza, es el mismo, aunque en nuetrso caso es diferente.
El porteno, es un «bicho raro» va apurado, muchas veces sin saber por que ni a donde, no saluda, no mira, y si lo miran se siente intimidado, y las mujeres temen por su integridad fisica. Es dificil, (no imposible) entablar un dialogo con alguien, ya sea en un cafe, un colectivo o un subte, y por primera vez en mucho tiempo me di cuenta de eso, de lo poco sociables que somos en la via publica, fuera de nuestros circulos, la realidad que nos quieren imponer desde los medios de comunicacion penetro tanto en nosotros que ya es «normal» vivir hablando de los precios, la inseguridad, la politica y de quien sera o no candidato y disfrutando cada vez menos.
Pero la vida da sorpresas y alegrias, ayer despues de 5 meses filme el primero de casi 12 testimonios faltantes para el proximo documental, y tuve la suerte de empezar con Don Carlos Spadavecchia, de la mitica «Cantina Spadavecchia» la mas famosa de todas.
La cita fue en la casa del querido Lalo Bucich, amigo y Presidente del Ateneo Popular de La Boca, quien lo cito para que pudiera contarme sus recuerdos. Spadavecchia tiene 83 anos, es nacido y criado en La Boca y aunque ahora vive en el centro, no olvida sus raices y su memoria es prodigiosa. Comienza contandonos su infancia y sus distintas viviendas, siempre en la misma cuadra, los recuerdos de sus padres y de como surgio la cantina, en la cual trabajaba toda la familia. Alli, uno cocinaba, el otro atendia las mesas, otro hacia de animador cantando canzonettas o canciones de algunas de las tantas murgas que hubo en el barrio. Por «Spadavecchia» pasaron desde Vittorio Gassman a Arturo Frondizi, alli se rodaron peliculas como «Un italiano en la Argentina» y «Un muchacho como yo», Sandro canto alli » Rosa, Rosa» y fue durante mucho tiempo la cantina mas famosa de Argentina y de la calle Necochea.
En esa misma zona habia tambien otras no menos famosas, como «El Pescadito», «Tiburon» , «La Cueva de Zingarella» , «Il piccolo Navio» y tambien el tradicional «Rancho Banchero», por alli pasaban desde Quinquela y Filiberto, a las celebres comidas de «Impulso» con Fortunato Lacamera.
Spadavecchia recuerda con nostalgia la alegria de esa epoca y se pone triste con el recuerdo de los 80 y 90 que significo el cierre definitivo de su establecimiento, la perdida de la alegria que reinaba en esa zona, hoy una de las mas degradadas del barrio, pero sigue trabajando con locales de comida, pasta y parrilla en los principales shoppings de la ciudad, sin perder ese espiritu que supo tener, saludando a cada uno de sus comensales, y a veces improvisando un «torna surriento».
Volvi a casa caminando, en el silencio de la noche entrada y con la ciudad calma, disfrutando estar otra vez en casa, aunque sea por un tiempo.-