Ruben Hector Rodriguez Ponziolo y Tony Cicolella
Ruben Hector Rodriguez Ponziolo es tal vez el unico, o al menos el mas conocido de los boquenses que respiran y sienten a La Boca en cada particula de su ser.
Escritor e historiador boquense, dice ser embajador itinerante del Club Atletico Boca Juniors y puedo dar fe de haber visto fotos suyas en gran murrala china, japon o junto a la mismisima Mona Lisa con la mitica camiseta xeneize. Es autor de infinidad de escitos y opusculos sobre La Boca y del Libro » Boca Juniors, Cien Anos de pasion y de gloria» junto a Antonio Nino Pellegrino.
Ruben se define como » nacido en La Boca, de Boca y argentino» y de su mano, uno puede conocer anecdotas y vivencias que no estan en los libros. La cita fue en el cafe de la YPF de Almte Brown y 20 de Septiembre a la manana. El dia estaba nublado y al entrar, alli en las mesas del fondo, estaba junto a Tony Cicolella, esperandome.
Iniciamos los preparativos necesarios, y despues de un par de pruebas, comenzamos a grabar. Escuchar a Ruben, es viajr en el tiempo, es revivir esas imagenes, esas situaciones de La Boca que ya fue. Desde los origenes de los Ponziolo, a la inmigracion, es un libro abierto dispuesto a brindar su conocimiento a mano abierta.
Terminado esto, junto a el y Tony, que vino para brindar su testimonio de las cantinas, cruzamos Almte Brown, rumbo a los terrenos de Casa Amarilla, en donde con la bombonera como fondo, Rube conto una parte de la historia del club de la ribera, y desde alli nos trasladamos a la calle Necochea.
Tony es un personaje muy divertido, con chispa, fue animador, mozo cantor, pero por sobre todo y lo que al documental interesa, testigo privilegiado de la vida que supo haber en la calle Necochea, de la cual ya no queda nada.
Parece una catalogo gourmet o la guia oleo, por que conoce cada uno d elos restaurantes y cafe que hubo en la zona, y ademas trabajo en las dos cantinas mas famosas: «La Cueva de Zingarella», cuya madrina segun sus palabras era Libertad Lamarque y por supuesto «Spadavechia».
Escuchar a Tony en medio de la calle, al menos para alguien como yo que no conocio esa vida, es pensar que nos esta cargando, haciendo un chiste, ya que es increible que en medio de la total degradacion y bandono en que estabamos, alli hubiera habido filas de autos y cientos de personas de un lugar a otro solo para comer, bailar y reir.
Hoy caminar por esa calle es casi arriesgar la vida, en especial a la noche, marginalidad y crimen se mueven entre las mudas marquesinas de lo que alguna vez fue luz y color. Tony nos conto que cuando el dejo Spadavechia, dijo mevoy, pero acuerdense que esto va a ser el «cementerio de la alegria», palabras profeticas?
Deseo este testimonio, sumado al registrado en mayo pasado a Carlos Spadavechia, sirva apara darnos a quienes no conocimos esta parte de la historia del barrio, darnos al menos una aproximacion.
Mi agradecimiento a todos ellos por su participacion en esta pelicula y por sus valiosos testimonios.